jueves, 27 de febrero de 2014

Somos un país raro, pero porque no nos da la gana de ser los mejores.

William Ospina ensayista, escritor y poeta colombiano, escribió hace poco la premisa "Venezuela es un país tan raro que los pobres celebran y los ricos están en protesta" y me ha hecho pensar muchísimo despertándome la curiosidad, que como sociedad aun tenemos problemas. Hace justo 25 años las cacerolas sonaban en los extremos de pobreza y clase media, hoy suenan en las clase media e inclusos en la burguesía. 

Esto me hace afirmar que el ciclo se esta cerrando porque resulta que en nuestros ultimo cuarto de siglo se ha sufrido y protestado de la misma manera y toda la población. Eso me emociona muchísimo porque el siguiente paso debe ser el adecuado para resurgir como un país grande e inclusivo, ya nuestras clases bajas despertaron con Hugo y las clases altas sintieron las precariedades que siempre vivieron las bajas. Esto nos hizo iguales en el tiempo. Por esta razón pienso que el paso que sigue será el mas firme dado, lamentablemente nos tendremos que volver comer un cable para equilibrar la economía, pero creo que esta vez será para siempre.

Le digo abiertamente a William Ospina que somos un país raro porque no nos da la gana de ser los mejores, eso si nos hace raros, pero aquello de que los pobres celebran, es una acelerada opinión sesgada por tu ideal político, porque los pobres son humildes, sensatos y sinceros; a los pobres de verdad no les emociona el dolor ajeno, en mi opinión los que celebran son aquellos que ya no son pobres y durante años se autodescalificaron y hoy están enchufados o viven bien porque se benefician de la revolución y tristemente celebran que un grupo de venezolanos pasen necesidades, !ah! que este grupo de venezolanos es de la clase media hacía arriba, eso es otra cosa, pero son hermanos venezolanos que no deberían de tener ningún tipo de necesidades.

Lo cumbre es que esas necesidades nos afectan a todos por igual, pero esas personas tienen la soda de las absurdas historias del gobierno acerca de lo que ocurre y así lo toman suavecito, o simplemente por una actitud egoista de desquite no les importa que ellos tengan el problema porque esos burgueses apátridas también lo tienen y se lo merecen, que sufran. Eso me hace recordar la actitud de los ricos ante la pobreza de 1989, a ellos tampoco les importaba, siempre he pensado que la vida se encarga de regresarte la carga que generas a los demás.


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